JUEGO IV: NODOS
Durante los anocheceres de invierno, miles de estorninos se agrupan para danzar sobre los cielos del hemisferio norte. En el siglo I, Plutarco, creyendo que los movimientos de estos pájaros estaban guiados por los dioses, propuso a la ciencia descifrar los mensajes que debían contener. Hoy, quienes aceptaron el reto, sugieren que las contorsiones de las bandadas se rigen por una regla muy simple: en su interior, cada ave se desplaza en dirección a los individuos que siente más próximos. De algún modo, esta norma de interacción local termina conectando a todo el grupo, y conduce a la aparición de una estructura global que fluye unida mientras adquiere un sinfín de conformaciones.
En un espacio limitado, avanzar siguiendo un principio semejante hace que, continuamente, cierto número de individuos quede vinculado a través de sus acciones. La consecuencia de esta conexión es un conglomerado que aglutina el movimiento de sus partes.
En Nodos, un conjunto de figuras de papel surge tras una serie de interacciones.
INSTRUCCIONES: