Muestratio de Acciones Mínimas: Trayectorias
En 1827 el biólogo y botánico escocés Robert Brown colocó un grano de polen en el
interior de una gota de agua. Al observar su preparación bajo el microscopio, notó cómo
las partículas que se encontraban atrapadas en los recovecos del grano se desplazaban
por el líquido chocando unas con otras. Durante largo tiempo intentó determinar los
mecanismos que gobernaban estos movimientos, pero finalmente fue incapaz de
esclarecer las causas que hacían que una de aquellas partículas se encontrase en un
lugar, en un momento concreto.
El mecanismo que mantiene nuestra trayectoria, o que la modifica orientándola en una
nueva dirección, resulta tan enigmático como el que guiaba los movimientos de la
materia estudiada por Brown. En un espacio compartido, la propia naturaleza de estos
desplazamientos termina generando encuentros cuyas consecuencias son siempre
inciertas. En Trayectorias, los límites de un polígono, como los de una placa de
laboratorio, buscan contener el resultado de un conjunto de interacciones.